Rutas e historias de montaña mas o menos normales, y alguna cosa mas…

martes, 31 de mayo de 2016

PICO DE ASPE

VIA NORMAL POR LA VERTIENTE SUR, DESDE EL VALLE DE AISA

El pico de Aspe es una célebre montaña del pirineo oscense. Su impresionante cara norte cautiva a todo aquel que la contempla desde el Puerto de Somport o Candanchú. Su vertiente sur, menos espectacular, presenta una ruta de ascenso variada y muy bonita que parte del valle de Aisa. Cuando no hay nieve, este recorrido es una entretenida caminata de mas de mil cien metros de desnivel por un terreno empinado y cambiante. El verdor del valle del tramo inicial deja paso a los tonos grises de una enorme zona kárstica intermedia, para finalizar por el terreno marrón oscuro del cordal cimero. El itinerario esta aderezado por las torres y paredes rocosas de las montañas vecinas, que en contraste con las formas suaves, regulares y herbosas de otras cimas del lugar, dan al paisaje una gran fuerza visual. La cumbre, aérea y panorámica, es un mirador de primer orden de los valles y montañas de este sector del Pirineo.   
Realizamos esta ruta un día caluroso de Agosto del 2008. Hemos recuperado el escrito, las fotografías y los datos técnicos de la misma para esta entrada del blog. A pesar de los años, el recuerdo de la misma y sus paisajes siguen vivos en nuestra memoria. Fue una excursión magnifica que, sin temor a equivocarnos, nos atrevemos a recomendar.

Los picos de Llena del Bozo (izquierda), Llena de la Garganta (centro) y Aspe (derecha) vistos desde el Valle de Aisa


La ruta empieza al final del tramo asfaltado de la pista del Valle de Aisa, que queda barrada por una puerta metálica

Parte de la ruta de ascenso vista desde los prados de Rigüelo
 Ficha técnica
Tipo Actividad
Ascensión de alta montaña estival
Fecha
Lunes 4 de Agosto 2008
Asistentes
Encarna y Enric
Zona
Pirineo oscense. Entre Somport (estación de esquí de Candanchú) y el Valle de Aisa
Inicio ruta
Final de la zona transitable de la pista del valle de Aisa (1470 m, puerta tras 9 Km de pista). La pista empieza en el pueblo de Aisa, al que se llega por un desvío en el PK 654,6 de la carretera N-330, entre Jaca y Canfranc.
Final ruta
Recorrido
Ver tabla adjunta
Cent Cims  (*)
No
Noche
No
Horario
Total
6 h 15 min
Efectivo
5 h 2 min aprox
Cota (m)
Mínima
1470 (Puerta pista Valle de Aisa)
Máxima
2640 (Pico de Aspe)
Climatología
Buen tiempo
Visibilidad
Muy buena
Nieve-hielo
No
Desnivel Acum (m)
Ascenso
1170
Descenso
1170
Distancia (Km)
10,2
Dificultad global
Media-Alta (en ausencia de nieve)
Dific.Física
Alta, por el desnivel considerable y la fuerte inclinación del terreno.
IBP index
134
Dific.Orientación
Baja-Media si hay visibilidad En la zona kárstica el camino la ruta admite variantes y es algo perdedor (hitos y huellas de paso). En el resto del recorrido se sigue sin problemas (itinerario evidente por caminos y sendas bastante marcados).
Dific.Psicológica
Baja-Media. Pendientes inclinadas pero sin pasos aéreos o expuestos
Dific.Técnica
Baja. Caminar, algun paso aislado en el que se han de apoyar las manos
Material
El propio de una ascensión senderista de alta montaña estival.
Cartografía
“Valle de Canfranc.E-25”, 1:25000, Ed.Alpina, 2009
Bibliografía
“100 Cumbres del Pirineo Aragonés”, Itin 12, David Atela, Ed.SUA, 1997
“Pirineos.100 cumbres”, Itin.92, Jordi Llongás, Ed.Desnivel, 2003
Valoración
Entretenida caminata de mas de mil cien metros de desnivel por un terreno empinado y cambiante, que asciende la cima de una gran montaña del Pirineo Oscense. Entorno de gran belleza y grandes vistas
Comentarios
-Además de alcanzar una gran cumbre, lo mejor de la ruta son sus vistas y la variedad del recorrido, que hacen que sea muy amena y distraída.
-En ausencia de nieve la ruta apenas presenta dificultades técnicas.
-Con nieve se han de afrontar largas y empinadas pendientes de nieve que, sin ser difíciles, piden práctica con los crampones y el piolet. En general el recorrido es apto para esquí de montaña (nivel alto) aunque en algunos tramos, y dependiendo del estado de la nieve y de la habilidad de esquiador-montañero, se deberá ir a pie.
-Con niebla o poco visibilidad la orientación puede complicarse bastante, sobre todo en la zona kárstica
-Con buenas piernas y hábito montañero, el recorrido puede ampliarse con el ascenso a los picos de Llena de la Garganta (pasos rocosos poco difíciles) y Llena del Bozo. La ruta resultante es una fantástica y agotadora trilogía casi circular, posiblemente la mejor ruta montañera del Valle de Aisa..
Con perros…
Sin problemas en ausencia de nieve.
Track (en formato gpx): Track publicado en Wikiloc
(*) Se indica si la ruta incluye el ascenso a algún pico del listado de Cent-Cims de la FEEC
Desnivel, distancia e IBP Index calculados a partir del track mediante “ibp index” (http://www.ibpindex.com/index.php/es/)
La estimación de la dificultad técnica se realiza considerando la actividad como excursión/ascensión.
Si la actividad comporta escalda u otra disciplina técnica, se indica específicamente
La estimación de la dificultad de orientación se realiza en las condiciones de visibilidad encontradas al realizar la actividad
Primeros metros de ascenso por el camino. Abajo se ven la pista y el refugio de Sañeras 

Llegando a la vaguada herbosa en la que se encuentra el viejo abrevadero

En el tramo de camino bajo la muralla rocosa, poco antes del paso que permite salvarla que se ve mas adelante


































































































Recorrido
Los tiempos son netos, sin contar paradas
Lugar de la ruta
Altura
(m)
Distancia
Km
t.parcial
(h:min)
t.acum
 (h:min)
Comentario
1
Pista  del valle de Aisa
1470
0,0
0
0
Final zona transitable (puerta). Cota mínima
2
Prados de Rigüelo
1540
0,8
0:14
0:14
Cerca del refugio de Sañeras. Inicio camino.
3
Cruce del el GR 11.1
1715
2,0
0:21
0.35

4
Viejo abrevadero
1840
2,5
0:15
0:50

5
Paso en la barrera rocosa
1905
2,8
0:10
1:00

6
Rocas sobre la barrera rocosa
1980
3,0
0:09
1:09
Inicio subida por ladera herbosa e inclinada (30º)
7
Inicio zona kásrtica
2163
3,3
0:22
1:31

8
Brecha de Aspe
2425
4,1
0:50
2:21

9
Antecima del Aspe
2599
4,4
0:22
2:43

10
Brecha superior de Aspe
2570
4,5
0:06
2:49

11
Pico de Aspe
2640
4,7
0:10
2:59
Cota max. Retorno con variantes por el mismo itinerario
1
Pista  del valle de Aisa
1470
10,2
2:03
5:02
Final zona transitable (puerta). Cota minima


Saliendo del paso por el que se salva fácilmente la muralla rocosa

Ascendiendo por la ladera herbosa

Entrando en la zona kárstica

































































































Cartografía
Los números que aparecen se refieren al lugar de la ruta indicado en la tabla del recorrido




En la zona kárstica

El ascenso transcurre en un entorno de gran belleza

Flores de Edelweiss, belleza entre las rocas...













































































































Cronica/descripción de la excursión

Lunes 4 de Agosto 2008. Por la noche ha caído una fuerte tormenta. Las calles de Salinas de Jaca, donde hemos pasado la noche, aún están mojadas y el ambiente es deliciosamente fresco. Tras desayunar partimos rumbo al valle de Aisa. El viaje transcurre en parte por carreteras comarcales estrechas y viradas que atraviesan parajes bonitos e interesantes. En el pueblo de Aisa tomamos una pista asfaltada que recorre el valle hacia el norte. Al fondo del mismo, las figuras de los picos del Aspe y del Llena de la Garganta presentan un aspecto atrayente. Tras unos 9 Km la calzada finaliza en una puerta metálica. Aparcamos a un lado de la pista. Todo indica que el día será tan caluroso, pero de momento se esta muy bien. Nos calzamos las botas, cogemos las mochilas y empezamos a caminar (9.20 h ,1470 m).
En la zona kárstica. Delante el pico de Aspe

Nuestro objetivo es el pico de Aspe, una montaña célebre e impresionante, que cautiva a todo aquel que la contempla desde el Puerto de Somport o Candanchú. En verano, el terreno empinado, roto y peligroso por el que transcurre la última parte de la vía normal de la vertiente norte, y el que la sección inferior de la misma vaya por las pistas de esquí, nos ha hecho desestimar este recorrido para hacer la ascensión por el sur, desde el valle de Aisa. Esta vertiente es menos espectacular, pero la ruta de ascenso es preciosa, distraída y, si no hay nieve, bastante sencilla.
En la zona kárstica

Pasamos la puerta metálica y seguimos por la pista, ahora de tierra, que se eleva por la orilla derecha del valle. Tras superar una fuerte rampa (piso cementado) llegamos a una zona de llanos (prados de Rigüelo). A nuestra izquierda y unos decenas de metros mas arriba se encuentra el refugio de Sañeras (desde fuera con buen aspecto). Al frente se abre la cabecera del valle de Aisa dominada por una serie de montañas a cual mas bonita y espectacular. Entre otros, de izquierda a derecha vemos  la Punta Alta de Napazal, el Ruabe de Bernera, el Pico de Olibón, el Llana del Bozo, el Llena de la Garganta, el Aspe, los picos de la Garganta de Aisa, el del Sombrero, el de la Garganta de Borau (o pico Lecherin), los Mallos de Lecherin (una torre rectangular muy espectacular) y el pico de Rigüelo…
En la zona kárstica. Delante la amplia escotadura de la Brecha de Aspe

Todas estas montañas presentan una fractura similar. Terreno áspero, seco, roca blanca grisácea, líneas abruptas y retorcidas, grandes pedreras, zonas kársticas y laderas herbosas de un verde intenso. No hay árboles, solo arbustos y vegetación de monte bajo. Exceptuando el río que corre por el fondo del valle formando pequeñas pozas y cascadas, no hay agua. El lugar es solitario y tranquilo. En todo este conjunto, el pico de Aspe desentona por el color de la roca (marrón oscuro) que forma su trapecio cimero. Si desde Candanchú la forma de esta montaña asusta, desde aquí se ve mucho mas amable y asequible, aunque muy, muy arriba…
Salimos de la zona kárstica. El color del terreno cambia... 
Un hito situado a la derecha de la pista (mas o menos a la altura del refugio) indica el lugar donde se ha de cruzar el río para tomar la ruta del Aspe (9.34 h,1540 m). La senda sube por lo alto de una loma herbosa. Esta divide los dos ramales del valle y se dirige en diagonal (N) hacia la base de la muralla rocosa que defiende el acceso a los picos de Aspe y de Llena de la Garganta. La subida es suave y el camino está bien marcado. Cruzamos el GR.11 (indicador) que a la derecha se dirige al collado de la Magdalena y a la izquierda al collado del Bozo (9.57 h, 1715 m). Seguimos ascendiendo entre hierba y matorrales por un terreno cada vez mas inclinado. Tras unos cuarenta minutos de subida llegamos a una vaguada herbosa situada al pie de las barreras rocosas, en la que hay un viejo abrevadero (10.12 h, 1840 m).
Parada en la Brecha de Aspe. Delante la antecima del Aspe. Mas atrás la cima.

La senda gira a la derecha y alcanza la base de la muralla. Entonces se va a la derecha (E), bajo la pared, para alcanzar un paso rocoso que permite superarla sin problemas. Seguimos subiendo fuerte hacia la derecha (E), cerca del borde del cortado en el que finaliza una gran ladera de hierba y pedreras. Llegados a unas rocas (10.33 h, 1980 m) el camino gira a la izquierda (NE) y, en cortas lazadas, inicia un ascenso sostenido por una ladera de fuerte inclinación (alrededor de 30º).

La subida sería hasta cómoda si no fuera por la presencia de nubes de pequeñas hormigas voladoras que se enganchan en la piel propinando mordiscos y picaduras. Pronto nuestra situación roza la desesperación. A pesar de ir tapados, los insectos se cuelan por debajo de la ropa, entrando en los ojos, nariz, boca.. Nuestros esfuerzos por ahuyentar los bichos con manotazos o golpes de pañuelo son infructuosos. No hay nada que hacer. Lo mejor es aguantar y subir lo mas rápido posible para dejar atrás la zona conflictiva. Me distancio bastante de Encarna, que erróneamente se detiene cada dos por tres para mantener una lucha contra las hormigas tan titánica como inútil. Tras un rato de sufrimiento, Eolo se apiada de nosotros y nos envía una suave brisa que aleja los pequeños monstruos.
Ascendiendo a la antecima

Liberados de los insectos la caminata recobra la normalidad. Alcanzo lo alto de la rampa herboso y entro en una corta canal pedregosa que finaliza en un pequeño collado. Me detengo para esperar a Encarna, que llega poco después echando pestes de las hormigas (10.55 h, 2163 m). Hasta ahora la excursión se ha desarrollado en absoluta soledad, pero ahora aparecen dos jóvenes vascos que, a una velocidad de vértigo, pasan a nuestro lado dirigiéndonos un rápido saludo.

Tras diez minutos de parada (11.05 h) volvemos a la carga. La excursión cambia de carácter. Dejamos las zonas de hierba y entramos en un mundo calcáreo y mineral. Durante un buen rato subimos y bajamos las elevaciones de un enorme lapiaz kárstico. Grietas, agujeros, muros pequeños y no tan pequeños… Es como atravesar un glacial pétreo. La senda se divide. Los vascos van por la derecha (E) por el fondo del valle. Nosotros lo hacemos por la izquierda, siguiendo una línea de hitos que va por lo alto de un largo cordal rocoso en el que hemos de apoyar las manos de cuando en cuando. Enfrente tenemos la poderosa pared sur del pico Llena de la Garganta. A la izquierda de la misma hay un corredor pedregoso que sube a la cresta. Según la guía por ahí puede ascenderse a esta montaña. Nos dirigimos al N-NE, en dirección a la amplia escotadura de la brecha de Aspe. A la derecha de la misma se eleva el trapecio de la cumbre del Aspe, de roca marrón oscuro.
La impresionante vertiente norte del pico de Llena de la Garganta

Tras cerca de cuarenta minutos de marcha sobre formaciones calcáreas de lo mas pintoresco (este tramo de la excursión se nos pasa volando) dejamos atrás el enorme lapiaz. El terreno se oscurece y aparece alguna calva herbosa. Una corto ascenso en diagonal por una pedrera nos lleva hasta la brecha de Aspe (11.50 m, 2425 m). A la izquierda (O) la pared desplomada, rota y repelente del Llena de la Garganta acojona sólo de verla. El Aspe se ve muchísimo mas asequible, que no cercano. Las minúsculas figuras de los vascos recortadas contra el cielo, que en ese instante acometen la última sección de la ascensión, indican que los 220 metros de desnivel que quedan hasta la cumbre no serán moco de pavo. Ante esta situación hacemos un breve alto para picar algo y recuperar fuerzas. Diez minutos mas tarde (12.00 h) volvemos a la carga.
En la antecima. Detrás la cumbre del Pico de Aspe

La parte final no desmerece el tono general de la excursión. Pasando de la senda que va muy a la derecha (E), subimos por el mismo filo del cordal-cresta occidental de la montaña, unas veces por pequeños surcos y canales, otras sobre placas inclinadas de roca oscura. A nuestra izquierda la sensación de cortado es notable. Chino chano vamos ganando metros en un entorno tan bello como espectacular. Hacemos alguna parada para descansar, contemplar el paisaje o hacer fotografías. A nuestra espalda el Llena de la Garganta cada vez parece mas inexpugnable.
Iniciando la última subida

Tras veinte minutos de subida alcanzamos la antecima del Aspe (12.22 h, 2599 m).  Una breve bajada, que en la parte final nos obliga a ir un poco a la derecha para salvar un pequeño cortado, nos deja en la brecha superior de Aspe (12.28 h, 2570 m). Un corredor (aun nevado) sube por el norte. Una canal estrecha y empinada lo hace desde el sur. En invierno y primavera ambos son vías de escalada en nieve. La vía “normal” que parte de Candanchú (una huella de paso señalada por algunos hitos, que sube en diagonal por el terreno empinado, roto y peligroso de la pared norte) desemboca en el collado donde nos encontramos. No nos gusta su aspecto y nos alegramos de haber subido desde el sur. 
En la cima del pico de Aspe

La última parte de la ascensión se inicia con una trepada corta y fácil (siguiendo la senda puede esquivarse). A continuación remontamos por un terreno empinado y de piedras sueltas, pero muy fácil. No tardamos en salir a la plataforma cimera poco inclinada y parcialmente herbosa. La cumbre del Aspe está  al norte de la misma y la alcanzamos en un par de minutos (12.38 h, 2640 m). Un poste geodésico (como todos semiderruido), una caseta-pesebre, un pequeño mojón de rocas y una placa en memoria de un montañero caído, constituyen el “mobiliario” de la cima. Nos sentimos felices, satisfechos. Hacia tiempo que queríamos subir este pico...
Los Mallos de Lecherines y el pico de Rigüelo vistos desde la cima

Saludamos a los vascos, que están tumbados a la bartola a un lado de la cima, y nos apalancamos en un pequeña repisa situada bajo el poste geodésico. El carácter aéreo de esta cumbre nos impresiona. Una  atalaya con grandes vistas. Entre otras identificamos la Punta Napazal, el Bisaurín, Castillo de Acher, Annie, Mesa de los Tres Reyes, Ruabe Vernera, el consabido Llena de la Garganta, Anayet, Midi d´Ossau, Pala de Ip, Punta Escarra, Peña Collarada, pueblo y valle de Candanchú, canales Roya y de Izas. Una pasada… Al este nos llaman la atención una sucesión horizontal de torres, estrechas y muy aéreas, que constituye la parte final de la cresta de los Murciélagos.
Vistas desde la cima
Enfrascados en el ascenso no nos hemos dado cuenta de que el cielo se ha ido poblando de nubes que, unidas al fuerte calor, nos hace pensar en que habrá tormenta por la tarde. Varios buitres y un par de aguilotes dan vueltas alrededor de la cima. También hay un nutrido y ruidoso grupo de cuervos que parecen esperar que les dejemos algo de comida.

Tras permanecer tres cuartos de hora en la cumbre nos despedimos de los vascos e iniciamos el descenso (13.22 h), que ahora hacemos por el camino. Vamos sin prisas, haciendo pequeños altos para comentar tal o cual cosa, o hacer fotografías. Poco antes de alcanzar la brecha de Aspe, la senda empieza a descender recto al sur. El camino, bien marcado, recorre una zona de roquedos y terrazas herbosas. El terreno es pendiente, a veces algo aéreo. En algún punto hasta hemos de apoyar las manos, pero se baja rápido y sin problemas. Llegamos a un espolón herboso poco marcado situado a la izquierda (E) de la canal que aquí forma el lapiaz kárstico. A nuestra derecha y unas decenas de metros mas arriba, vemos el cordal rocoso que recorrimos a la subida. Ahora vamos por el ramal oriental de la senda  (por el que subieron los vascos).
Vistas desde la cima 
La hierba queda atrás y entramos en la zona muerta. Caminamos entre rocas blancas que reflejan el sol. El itinerario es variado y divertido. Saltar o esquivar grietas, bajar o subir pequeños escarpes, rodear espolones, recorrer terrazas… Gracias a los hitos recorremos sin perdernos este laberinto pétreo y alcanzamos una brecha desde la que divisamos el pequeño collado que constituye la puerta de entrada a esta fantástica zona kárstica. Poco después llegamos al mismo (14.24 h). Breve parada y proseguimos la bajada en la que seguiremos la ruta de subida. El calor sofocante tiene su aspecto positivo. No hay hormigas voladoras…
De bajada, en busca de la zona kàrstica

El descenso ocurre sin nada que contar. A las 15.35 h llegamos al coche. Con urgencia buscamos saciar nuestra sed con la botella de agua que llevamos en el maletero. El líquido esta caliente y el primer trago cuesta un poco de tragar, pero después encontramos alivio. No sentimos como bereberes y la mar de felices…

Pico de Riüelo (delante), Mallos de Lecherines (en medio) y Pico de la Garganta de Borau (detrás)

































La excursión en imágenes
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EniEn - Maig 2016 

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